Top Ad unit 728 × 90

Obras (casi) completas de Jorge Luis Borges

Les dejo acá una compilación de libros de Jorge Luis Borges. Adicionalmente una entrevista realizada por el diario El Clarín en el año de 1976. Que lo disfruten.

Obras
1923 - Fervor De Buenos Aires (Poesía)
1925 - Inquisiciones (Ensayo)
1925 - Luna De Enfrente (Poesía)
1926 - El Tamaño De Mi Esperanza (Ensayo)
1928 - El Idioma De Los Argentinos (Ensayo)
1929 - Cuaderno San Martín (Poesía)
1930 - Evaristo Carriego (Ensayo)
1932 - Discusión (Ensayo)
1935 - Historia Universal De La Infamia (Cuentos)
1936 - Historia De La Eternidad (Ensayo)
1940 - Antología De La Literatura Fantástica (Colaboración Con A. Bioy Casares y S. Ocampo)
1941 - Artificios (Cuentos)
1941 - El Jardín De Senderos Que Se Bifurcan (Cuentos)
1942 - Seis Problemas Para Don Isidro Parodi (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1943 - Los Mejores Cuentos Policiales I (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1943 - Los Mejores Cuentos Policiales II (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1944 - Ficciones (Cuentos)
1946 - Dos Fantasías Memorables (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1946 - Un Modelo Para La Muerte (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1947 - Nueva Refutación Del Tiempo (Ensayo)
1949 - El Aleph (Cuentos)
1951 - La Muerte Y La Brújula (Cuentos)
1952 - Otras Inquisiciones (Ensayo)
1953 - El Martín Fierro (Colaboración Con Margarita Guerrero)
1955 - Cuentos Breves Y Extraordinarios (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1955 - El Paraíso De Los Creyentes (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1955 - La Hermana Eloísa (Colaboración Con Luisa Mercedes Levinson)
1955 - Leopoldo Lugones (Colaboración Betina Edelberg)
1955 - Los Orilleros (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1957 - Manual De Zoología Fantástica (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1960 - El Hacedor (Poesía)
1960 - Libro Del Cielo Y Del Infierno (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1965 - Introducción A La Literatura Inglesa (Colaboración Con María Esther Vásquez)
1965 - Para Las Seis Cuerdas (Poesía)
1966 - Curso De Literatura Inglesa En La Universidad De Buenos Aires (Clases)
1966 - Literaturas Germánicas Medievales (Colaboración Con María Esther Vázquez)
1967 - Arte Poética (Conferencias) Edición bilingüe
1967 - Crónicas De Bustos Domecq (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1967 - Introducción a La Literatura Norteamericana (Colaboración Con E. Zemborain de Torres)
1967 - La Literatura Fantástica (Conferencia)
1968 - El Libro De Los Seres Imaginarios (Colaboración Con Margarita Guerrero)
1969 - El Otro, El Mismo (Poesía)
1969 - Elogio De La Sombra (Poesía)
1970 - Autobiografía (Colaboración Con Norman Thomas Di Giovanni
1970 - El Informe De Brodie (Cuentos)
1971 - El Congreso (Cuento)
1972 - El Oro De Los Tigres (Poesía)
1975 - El Libro De Arena (Cuentos)
1975 - La Rosa Profunda (Poesía)
1975 - Prólogo Con Un prólogo De Prólogos (Compilación)
1976 - Historia De La Noche (Poesía)
1976 - La Moneda De Hierro (Poesía)
1976 - Libro De Sueños (Ensayo)
1976 - Qué‚ Es El budismo (Colaboración Con Alicia Jurado)
1977 - Nuevos Cuentos De Bustos Domecq (Colaboración Con Adolfo Bioy Casares)
1978 - Breve Antología Anglosajona (Colaboración Con María Kodama)
1979 - Borges, Oral (Conferencias)
1980 - Siete Noches (Ensayo)
1981 - La Cifra (Poesía)
1982 - Nueve Ensayos Dantescos (Ensayo)
1983 - La Memoria De Shakespeare (Cuentos)
1985 - Atlas (Colaboración Con María Kodama)
1985 - Los Conjurados (Poesía)
1986 - Textos Cautivos (Compilación)
1988 - Biblioteca Personal. Prólogos (Compilación)
1995 - Borges. Obras, Reseñas y Traducciones Inéditas (Compilación)
1996 - Cartas Francesas (Compilación)
1997 - Textos Recobrados 1919 - 1929 (Compilación)
1997 - Textos Recobrados 1931 - 1955 (Compilación)
1998 - En Dialogo I (Colaboración Con Osvaldo Ferrari)
1998 - En Dialogo II (Colaboración Con Osvaldo Ferrari)
1999 - Borges En Sur 1931-1980 (Compilación)
2000 - Obra Critica I (Compilación)
2000 - Obra Critica II (Compilación)
2000 - Textos Publicados En El Hogar 1935-1958 (Compilación)
2003 - El Círculo Secreto (Compilación)


DESCARGAR

Entrevista a Jorge Luis Borges

Clarín literario, jueves 10 de junio de 1971

Jorge Luis Borges sí sabe leer y escribir. Con esta irónica respuesta al absurdo requerimiento de una planilla burocrática que cumplimenta su secretario, comienza la entrevista en la Biblioteca Nacional.
Sabemos que a usted no le gusta hablar de sí mismo, pero ¿se preguntó alguna vez qué piensan los argentinos cuando oyen el nombre, ya tan familiar, de Borges?
Yo diría que son excesivamente generosos cuando piensan en mí.
Los jóvenes en especial, piensan en usted. Algunos lo admiran, otros lo atacan, ¿qué es la juventud, Borges?
Es una etapa de incertidumbre, de ingenuidad y, en general, de desdicha.
Le preguntamos algo más con respecto a los jóvenes argentinos. Hace una pausa –esos silencios tan propios de su conversación-, y dice:
Los veo exactamente igual a los de otros países, aunque quizás son más tímidos acá. He encontrado el diálogo más fácil con los estudiantes de Estados Unidos que de la Argentina.
Su secretario lo interrumpe, nuevamente, para que firme ese formulario en el que la Universidad le pregunta si sabe leer y escribir. Y aunque ya nos había anticipado que no quería hablar de política preguntamos, a modo de introducción:
¿Cree que los jóvenes están demasiado politizados?
Creo que sí, que es casi su única pasión. Cuando yo era joven la política nos interesaba muy poco.
¿Tuvo alguna vez, en su juventud, ideas revolucionarias?
Sí, era como mi padre: anarquista e individualista. Ahora soy conservador, pero no hay mucha diferencia entre ambas cosas…
¿Qué piensa usted del conservadorismo?
Creo que ofrece la ventaja, que no comparten ciertamente los otros partidos, de no fomentar, ni siquiera tolerar, el fanatismo. Todo conservador es una persona tolerante, y un poco escéptica. El comunismo y el nacionalismo fomentan el fanatismo, la intolerancia. Creo, no obstante, que el fanatismo no es un mal congénito del hombre porque hay épocas en que no se ha dado. No hay panaceas para remediarlos, eso depende de cada uno.
Le comentamos que mucha gente entiende que él vive al margen de la realidad, una imagen que es necesario destruir. Con humor particular, acota:
¿En qué otra parte voy a estar? Si viviese en la irrealidad sería muy interesante, pero, hasta ahora, no ha sucedido.
Tal vez piensan eso porque usted no quiere dar cierto tipo de opiniones. (Nos interrumpe).
Quiero aclarar eso: quiero decir que mi posición política siempre ha sido clara. He sido adversario del comunismo, del nacionalismo, del antisemitismo y, desde luego, de cierta dictadura de la que prefiero no acordarme. Pero no he permitido que esas opiniones intervengan en mi labor literaria. Eso no quiere decir que las haya ocultado. Las he declarado públicamente, pero cuando escribo un cuento o un poema, estoy pensando en ese cuento o en ese poema. No creo que estoy, como dicen, “encerrado en una torre de marfil”. La creación requiere una amplia libertad, más allá de las opiniones del lector que son, por lo demás, lo más superficial que hay en él.
Sabemos que esta pregunta pueda tal vez, sorprenderlo:
¿Qué es para usted un obrero, cómo lo ve, qué sabe de él?
Con un matiz levemente irónico en su voz, responde:
Sí, he conocido muchos… Creo que la realidad no está compuesta exclusivamente por obreros, sino por todas las clases sociales; por ejemplo, la clase media a la que nunca se la toma en cuenta. Le falta, tal vez, prestigio romántico. La idea de la aristocracia y la idea de lo que se llama pueblo tienen cierto prestigio. La idea de la clase media es escasamente encantadora.     
Pero es una fuerza…
Es la mayor fuerza de nuestro país, que se diferencia de otras naciones de América Latina; es la más importante al fin y al cabo. El pueblo y la aristocracia se parecen, son casi iguales: los mismos prejuicios, el mismo nacionalismo.
Dice no entender por qué la gente cuando se refiere al pueblo, tácitamente evoca a una sola parte de él: la más pobre, la más ignorante.
Aún en el país se piensa que el pueblo es el gaucho. Ya no hay gauchos, pero este detalle no se toma en cuenta.
¿Qué piensa del auge del folklore?
Es una calamidad. Con respecto a su autenticidad, recuerden que tengo algunos antepasados de los que me enorgullezco, y desgraciadamente soy pariente de Rosas… (Puede ponerlo).  
¿Qué es, a su juicio, lo más auténtico, lo más noble del argentino?
La amistad, la pasión de la amistad.
Recordamos, de pronto, que queríamos hacerle otra pregunta un poco particular:
¿Sabe Borges algo de las villas miseria?
No sé por qué existen; yo sé que nada de eso había cuando era joven. Habrán empezado con la dictadura, supongo. Creo que se deben, en parte, al crecimiento industrial. La gente prefiere vivir no en conventillos –que en comparación son hoteles de lujo-, pero sí en villas miserias con tal de vivir en Rosario, Córdoba, Buenos Aires. El campo se está quedando solo; se están perdiendo todas las artes del campo aquí y en el Uruguay. Esa tradición de la cual se habla tanto ha quedado relegada a la televisión o al cinematógrafo.
Recordamos si bien nos adelantó antes de la entrevista que no hablaría de temas como la guerra de Vietnam, ya que la guerra implica en sí algo más vasto y general. A nuestra pregunta, responde:
No creo que la guerra sea necesariamente un mal. La historia argentina es una historia épica, es una historia de guerras.
(Va enumerando todas nuestras luchas con países limítrofes, con invasores extranjeros y, por supuesto, entre nosotros mismos. Luego, prosigue).
Todas esas guerras han sido victoriosas y han sido, en suma, benéficas para el país.
¿Por qué, entonces, las guerras nos parecen tan terribles?
Porque estamos viviéndolas. El presente es siempre atroz. No creo en la edad de oro ni en la “belle époque”. Para quienes tuvieron que vivirla, la “belle époque” no fue una época particularmente feliz. Las personas que vivían en el año 90 no se sentían especialmente felices. Nadie se siente feliz en el presente. La felicidad corresponde más bien al pasado, a la nostalgia, a la esperanza. En otras épocas la gente no tenía conciencia histórica del tiempo en que estaba viviendo. En cambio ahora, estamos pensando constantemente en el momento histórico que vivimos y eso no nos hace ni muy sabios, ni muy felices.
¿Cómo define usted a la situación de nuestro país actualmente?
Creo que es una época de escasa esperanza, de desidia, nadie espera mucho de nada. En 1910, cuando Rubén Darío escribió la “Oda a la Argentina”, creo que sentíamos que éramos una esperanza para el mundo. No creo que nadie sienta eso hoy. Sentimos que todo está un poco desvaído, un poco gris; y si quieren suprimir un poco, podemos suprimir los adverbios…
No sabemos si Borges querrá responder a esto, pero igualmente lo intentamos.
Borges, ¿qué es el Tercer Mundo?
Creo que es una de las diversas calamidades que conocemos ahora. No entiendo qué quiere decir todo eso. Creo que algunos sacerdotes se han dedicado a hacer demagogia.
¿Tendrá algo que ver con una vieja esperanza argentina de que alguien venga a salvarnos?
Tenemos que salvarnos nosotros mismos cumpliendo con nuestro deber. Creo que yo, escribiendo cuentos, dictando clases, dirigiendo la Biblioteca Nacional, lo hago. No puedo ser soldado como mis antepasados. Ni siquiera he muerto en el 74, como mi abuelo…
Ríe apenas, y dice aceptar plenamente su destino literario.
Si me hubiera dedicado a ser buzo, no habría sido uno muy eminente; tropero, tampoco; sargento, tampoco; político, menos que nada.
¿Qué opina de los políticos?
Creo que, en general, con las salvedades necesarias, los hombres que se dedican a esa profesión son los menos interesantes. Y es que una persona que se dedica a hacerse popular, a hacerse retratar, a que voten por él, no puede ser una persona muy compleja.
Volviendo a lo literario, algunos piensan que usted le da demasiada importancia a la literatura anglosajona.
Sí, es probable. Pero al mismo tiempo querría recordarles que también le he dado mucha importancia a la literatura vernácula.
Esa resonancia que tiene lo que usted escribe o dice, ¿le molesta a Borges?
Es muy rara, pero Borges no tiene la culpa. Le halaga y le asombra. Yo no he hecho política literaria, no he fomentado que se hable de mis libros, ni de mí. Pero es algo que ha sucedido y me siento agradecido y hasta atónito.
¿Cree que los argentinos prefieren leer a sus escritores? 
Creo que hay una superstición en eso de leer libros contemporáneos. Schopenhauer decía que “no hay que leer ningún libro que no haya cumplido cien años porque no podemos saber si es bueno o malo”. Claro que al mismo tiempo se quejaba de que no hubiesen leído sus libros, que no habían cumplido cien años…
Eso es, en cierto modo, la posteridad. ¿Cuál cree que puede ser el juicio de la posteridad en su caso?
No me interesa absolutamente nada. Yo espero ser olvidado, definitivamente.


Obras (casi) completas de Jorge Luis Borges Reviewed by El Silencio on 3:57 p.m. Rating: 5

No hay comentarios.:

All Rights Reserved by S © 2014 - 2015
Powered By Blogger, Designed by Sweetheme

Formulario de contacto

Nombre

Correo electrónico *

Mensaje *

Con tecnología de Blogger.